Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, una fecha impulsada por la OMS para generar conciencia y derribar el estigma que rodea este tema. A nivel mundial, el suicidio es la 4ta causa de muerte entre los jóvenes entre 15 y 29 años. Hablar salva vidas, y pedir ayuda es un acto de valentía.
Septiembre, mes de la prevención del suicidio: ¿por qué es importante hablar?
En Argentina, los datos son alarmantes: según La Nación en 2024 hubo 4.249 muertes por suicidio, superando por primera vez las causadas por accidentes viales. Además, entre abril de 2023 y abril de 2025 se registraron, según Infobae, 15.807 intentos de suicidio, un promedio de 22 por día. Estas cifras marcan una urgencia emocional y social. En este contexto, el fomento de la educación emocional, la identificación y gestión de emociones y la promoción de la comunicación abierta se vuelven fundamentales.
Cómo acompañar desde la infancia: educación emocional en casa

Herramientas desde el juego y los cuentos
En Tiny Makers, trabajamos desde lo cotidiano, especialmente en nuestro taller Emociones en Armonía. Incorporamos técnicas como la respiración consciente e incentivamos a los peques a charlar sobre lo que sentimos —tristeza, enojo, ansiedad— a través de cuentos como:
El monstruo de colores (de Anna Llenas, Ed. Flamboyant).
Las plumitas de Maite (de María Catalina Piñol Sloane e ilustrado por Verónica del Giudice, de Ed. Nazhira).
Las emociones de Inti (de Carina Schwindt y Mariana Fernández, ilustrado por María Elina).

Otros relatos cortos disponibles para compartir en familia incluyen La nube que lloraba de risa, El árbol de los abrazos y Sofía y su sonrisa. Estas historias ayudan a nombrar emociones, a verlas como algo natural y a darles un espacio de expresión.
Ejercicios sencillos para hacer en casa
- Respiración de las manos: inhalar contando hasta 4 mientras elevás los brazos; exhalar bajándolos lentamente;
- Diálogo emocional diario: al final del día, preguntar “¿cómo te sentiste hoy? ¿qué te hizo feliz o te generó preocupación?”;
- Caja de calma: armar juntos una cajita con objetos que reconfortan (una pelotita, dibujo, tarjeta, etc.) para momentos de agobio o tristeza.
Estas prácticas nutren la comunicación y fortalecen el vínculo familiar, mientras brindan herramientas emocionales duraderas.
Nadie está solo
La prevención del suicidio no es solo tarea individual, sino colectiva. Abrir espacios de escucha, transmitir empatía y ofrecer acompañamiento son acciones de cuidado que podemos tejer en nuestro entorno cotidiano. En Tiny Makers creemos que construir redes respetuosas y solidarias es el primer paso para una infancia más segura y emocionalmente saludable.
Este septiembre, te invitamos a sumarte. Compartí este artículo, conversá en familia sobre las emociones y celebrá el poder de acompañar con empatía. Podés seguirnos en redes para descubrir más propuestas sobre educación emocional y crianza afectiva.